HISTORIA, CONCEPTOS Y TEORÍAS DE LA PSICOLOGÍA AMBIENTAL
El psicólogo Kurt Lewin (1890-1947) fue uno de los primeros en dar importancia a la relación entre los seres humanos y el medio ambiente. Su objetivo era determinar la influencia que el medio ambiente tiene sobre las personas, las relaciones que establecen con él, la forma en que las personas actúan, reaccionan y se organizan como el medio ambiente.
De acuerdo con la psicología ambiental, el medio ambiente se puede definir como: todos los contextos en que el sujeto (por ejemplo, casas de vivienda, oficinas, escuelas, calles, etc.)se pueda desarrollar actuando más sobre el comportamiento del grupo que en el comportamiento individual.
Esta rama de la psicología principalmente presenta cinco principios que han de tenerse en cuenta a la hora de cualquier intervención o la investigación sobre la base de esta industria:
- Tener en cuenta que el hombre es capaz de modificar el ambiente.
- Es necesario estar presente en todos los contextos del ambiente día a día.
- Considerar a la persona y el medio ambiente como una entidad única, de habitación.
- El individuo actúa en el medio ambiente y el medio ambiente afecta a la persona.
- Una investigación o intervención de este tipo debe siempre llevarse a cabo con la ayuda de otras ciencias.
En psicología, se llama ambiente o entorno al conjunto de estados y procesos que se verifican en el espacio físico que se extiende desde la piel hacia el exterior, y que son capaces de afectar el psiquismo de una persona.
Desde la teoría del campo de Lewin, el ambiente capaz de generar conductas es el espacio vital, es decir, el conjunto de objetos o procesos del mundo externo significativos para el individuo en un momento dado. El cambio de conducta se identifica o se constata a partir de la observación (cambios corporales) o de la introspección (cambios en los pensamientos, creencias, etc, que también son conductas).
Para que el individuo modifique su conducta por influencia del ambiente han de darse por lo menos dos condiciones: a) el individuo debe recibir un estímulo del entorno (una persona en estado de coma poco puede modificar su conducta porque apenas si recibe –o no recibe- estimulación ambiental), y b) el individuo debe modificarse él mismo para poder responder luego con una conducta (por ejemplo para responder un ataque –estímulo- con la respuesta de huír o atacar –conducta- debe haber cambios en el suministro de glucosa a los músculos y aumento de la frecuencia cardíaca).
En el caso del ser humano, y en comparación con el animal no humano, el mundo externo ha perdido un poco de hegemonía en la determinación de la conducta, frente a la creciente importancia del mundo interno. Por ejemplo, ciertas culturas se comportan frente al Sol adorándolo, es decir, responden a una representación interna del sol como divinidad, no al astro en su sentido físico o material que es parte del mundo externo. De idéntica forma, muchas veces no reaccionamos frente a la persona real, sino a lo que creemos que esa persona es, y las creencias forman parte de nuestro mundo interno.
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